martes, 1 de enero de 2008

Magia única

Paz para todos.

La mágia de las cartas escritas a mano parece que desaparece velozmente, y es asi de correcto que la tecnología juega un papel importante en este acontecimiento lamentable.
Las letras son una expresión misma del alma, en ellas se describe todo el funcionamento del cuerpo humano, tanto físico como espiritual, los latidos, las sensaciones, y es por eso que en los e-mail,

que ahora se han convertido en el principal medio de comunicación entre todos los hombres y mujeres de este mundo, uno no percibe todo lo que la otra persona quiere remitir, aunque el mensaje llega, la expresión del alma no sale de su cajón polvoriento y maltratado.

Por tal razon es que esa mágia ya no tiene lugar en el emisor, por lo que el pensamiento del receptor no ve más que unas cuantas líneas escritas con un ordenador, y no es que esté en contra de los avances de la sociedad, en lo que no estoy de acuerdo es en la poca sinceridad que poseen esos caracteres volátiles y oscuros.

Personajes como Miguel Angel, Abraham Lincoln, Pablo Picasso, Norman Rockwell, Miguel de Cervantes, y otros más que no solo desbordaban sus talentos al máximo, sino que sus letras se convirtieron en símbolos digitales los cuales podemos visualizar en muchos programas de textos y en todos los archivos artísticos de sus vidas, se debe a su versatilidad y expresiva forma de escritura.

Es muy fácil dar un “Foward” para enviar algo que ya otro escribió, pero tomarse un tiempo para acariciar el papel y enviar todo el amor que se puede sentir hacia alguien y pintarlo en unos cuantos trazos a veces invisibles por su forma pero si entendibles para el lenguaje espiritual es algo que como diría una publicidad, no tiene precio. Es tanto así que para divulgar este artículo fué necesario pasarlo a este tipo de letra porque parámetros internos de las editoras mundiales, no aceptan cartas o textos en letra de pulso.

Recuerdo que una vez mi padre me decia “cuándo entenderé tu letra” no se si se refería a mi prosa o a la manera de escribir, o a mi tipología, lo que si sé, y estoy seguro, es que captaba lo que mi corazón transmitía en ese momento.

Los días mágicos no me visitan con regularida, pero cuanto me permiten un tiempo para tomar una taza de té con ellos, los aprovecho al máximo. Este es uno día mágico, pero en vez de escribir de mi mismo, le rendí homenaje a las cartas escritas con los dedos versálites y sentimientales que todos tenemos, esperando que despierte ese sentimiento que cada ser humano con un alma y con un corazón lleno de ideas, guarda dentro de si.

De corazón,

R.A.S.

La trompeta de Dizzy Gillespie

Tenía una historia herrónea del por qué la trompeta del maestro Dizzy Gillespie estaba doblada pero ahora comparto lo que realmente pasó.

Resumen:
Qué es el jazz? Algo libre, sin ataduras, sin corpiño alguno", definió un sonriente Dizzy Gillespie inspirado por los topless que lo rodeaban en una playa de Niza. ¿Hace falta alguna otra imagen para anticipar que ésta no es la típica historia trágica de un músico de jazz alcohólico o drogadicto, con una infancia miserable y una muerte solitaria después de haber tenido fama o fortuna o ambas? La vida de Dizzy Gillespie escapó de los lugares comunes de las de sus colegas: fue alegre, bastante larga, escasa en dramas y provista de un reconocimiento al talento que no tuvieron otros genios del jazz.

Para empezar, su trompeta, más cercana a alguno de los inventos estrafalarios de Les Luthiers que al instrumento de un músico legendario. Estaba doblada y el pabellón apuntaba hacia arriba, como en un ángulo de 45 grados. No era producto de ningún rasgo snob, sino de un accidente mágico: "En 1953, en la fiesta de cumpleaños de mi mujer, un músico cayó sobre mi trompeta y le dobló completamente la salida. Me puse a soplar para ver si sonaba y, sorprendido, encontré que oía mejor mis propias notas. Me gustó tanto ese efecto que al día siguiente pedí que me fabricaran una igual", contó una vez.

Su muerte, de la que hoy se cumple una década, lo encontró dormitando en una cama de hospital (el Englewood, de Nueva Jersey) con 75 años y el tema Dizzy's me como telón de fondo. El cáncer de páncreas ya lo había obligado a internarse en abril del 92, pero él mantuvo su humor hasta en la enfermedad. Así lo cuenta Roberto Fats Fernández, quien lo conoció en Buenos Aires en el 61, cuando le enseñó a decir ¿a quién le ganaste, farabute?, y lo visitó en el hospital: "Le llevé un disco de Egle Martin. Me acerqué a su oído y le dije ¿a quién le ganaste, farabute? El se llevó la mano a la boca y me hizo un gesto de estar tocando la trompeta. Un lindo gesto final para cualquier trompetista."

Fuente: http://www.clarin.com/diario/2003/01/06/c-00611.htm

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