El amor es como los petalos de rosas nadando en el desierto, ajitando sus alas en el viento solar, mientras se niegan los rincones propios del ser, solamente el amor sabe cuando terminar, aún en medio de la turba cósmica de lo insoluto para una pareja que nunca llegó a ser, para un pedazo de papel vertiendo sangre azul una tarde de verano en un cuarto de cuatro paredes y una ventana al jardin, cuando quizas el vino no dijo mas y la cama fue puesta en libertad luego de algunas horas de tortura, asi el amor se va, se despega del suelo como el transportador espacial, sin retorno, sin peleas, sin nadie que le pertenezca, asi se va, gritando fuego candente de sus venas, sin la mas absoluta duda de que existio y seguira latiendo, pero sin su compañía eterna. Muere el amor, un dia feriado, mientras otro espera por ti.
