jueves, 18 de septiembre de 2008

Si el sol se pone rojo

Tanto seres, tanta gente, de la calle pal trabajo
-Aquí me muero, dice el vecino mientras se rasca el sobaco derecho

Se acaba de ir la luz y no tengo ni pa vela, se levanta nerviosa la vecina

Pero Cailito de la esquina no deja de reir,
como si le pusieron espinacas en las dos tetillas

-El pipo e piola! vocea como que no hay nadie en la isla

-Ya si e verdad que me prendí. Tengo to lo diente sucio del sancocho de anoche, pero
ma es el jumo que la carne que me comí.

Y entonces es cuando yo paso por ese entremés cotidiano y me doy cuenta
Cailito le ha dado con manotear el viento, se nota confundido
le dice al transeunte: Oye nuevo, te jodite. Me regalaron do chatica y $200 peso
no te toca ni la tripa, ni lo epejo.

Cailito sigue batiendo el viento como dulce jalao, como turrón, y asi se le safa el pensamiento
en el mismo momento en que todos lo ven al unísono, como un coro, y es cuando Cailito, el
heredero de la esquina rota deplaya el gran párrafo: Er diablo! Le han pueto un toldo al sol, y se ve to rojo.

Cailito, mi tierno amigo, ahora vive de la sonrisa que le brindan todos el en barrio, del deseo de muchos por verlo cantar como antes, ya no tiene soles, ni alegrías alcohólicas, ya solo le queda la
leyenda de quien fue en un lejano callejón del Guachupita.

Cailito, mi tierno amigo.

Visitantes: